martes, 14 de abril de 2009

ÚLTIMA COLUMNA

FLAGRANTE MANIPULACIÓN

Mauro Cerbino mcerbino@telegrafo.com.ec

Miércoles 8 de abril, en el avión que me conduce a Guayaquil, leo la prensa del día. Diario La Hora, primera plana: “Afiliados sin ahorros”. Inicio del artículo: “La devolución de los fondos de reserva causaría líos al IESS”. En la página interna, retomando el tema, otro titular en el que esta frase es literalmente atribuida a Correa (se utilizan los dos puntos). Se trataría de una declaración que Correa habría realizado como ex ministro de economía en el 2005. Muchos de aquellos lectores que sólo leen los titulares se harán la idea de que es el Presidente, ahora, quien ha hecho esta advertencia. Reviso otros diarios, El Comercio y El Universo, ambos reportan esta frase, con la diferencia que este último, como el diario La Hora, no aclara que esa declaración sería no del Presidente sino del ex ministro, no obstante se trate de la misma persona. ¿Es indiferente la posición y el rol desde los cuales esa persona habla? Lo dudo. Estos diarios no.

Lo que pretenden es mostrar una “flagrante contradicción”, porque ahora Correa, “esa misma persona” dice otra cosa. Sin embargo, lo realmente asombroso es el modo como estos diarios tratan esta información. Volvamos al titular del diario La Hora “Afiliados sin ahorros”, ¿será que lo que se quiere decir es que el Gobierno quitará los ahorros de los afiliados del IESS? La primera plana de El Universo dice abiertamente: “Fondos de reserva desaparecerán en mayo si pasa la ley”. Según estos diarios, algo nefasto está pasando para los afiliados: perderán sus ahorros. ¿Es así? No quiero entrar a discutir en detalles la propuesta del ejecutivo, dejo esta discusión a los acuciosos economistas, a los periodistas serios que investigan (¿habrá?) y a los trabajadores, a quienes economistas, periodistas y empleadores pretenden proteger infantilizándolos, porque consideran que no son capaces de manejar sus propios recursos y decidir cuándo es posible o no ahorrar. Una prensa seria nos habría informado sobre qué pasó con estos fondos cuando se los ha retirado, tomando en cuenta que los bancos privados tienen información útil al respecto, dado que se inventaron de todo para captarlos y convertirlos de nuevo en ahorro nacional.

Lo que indigna es que haya medios que cometan una flagrante manipulación cuando utilizan verbos absolutamente inapropiados, ambiguos, que tienen la clara intención de distorsionar un contenido informativo que termina por crear una situación confusa. La afirmación de que el fondo de reserva desaparece equivale a decir que se extingue, que los afiliados ya no lo tendrán. La propuesta del ejecutivo es que cambie su modalidad de pago. ¿Por esto se desnaturaliza y ya no puede ser definido como ahorro? Es discutible. En todo caso, no se puede decir que desaparece, porque la plata está ahí, no se ha ido, y si es o no más útil tenerla bajo esta modalidad, es un asunto de cada uno. Finalmente, resulta extraño observar que los medios por un lado han insistido en estas semanas de que el Gobierno quiere meter las manos en el IESS, mientras que por el otro lamentan que el Gobierno quiera que el fondo de reserva se entregue mensualmente. ¿Contradicción del Gobierno o de los medios?

domingo, 29 de marzo de 2009

ÚLTIMA COLUMNA

SOBRE LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN

Mauro Cerbino mcerbino@telegrafo.com.ec

De modo casi cíclico se habla de libertad de expresión, aunque en los últimos años se lo hace de modo permanente. Esto se debe a que se relaciona la libertad de expresión con la acción de los gobiernos, los cuales son llamados en causa sea para que garanticen el respeto de esa libertad, sea porque son considerados los primeros en atentar contra ella. En el fondo de la cuestión se halla un gigantesco malentendido, del cual no sabría decir si es producido por mala fe o por ignorancia. Dado que son los medios los que levantan la bandera de la libertad de expresión, estos tendrían que entender que lo que reclaman es por la libertad de información. Estas libertades no sólo no son la misma cosa, son más bien opuestas. La libertad de expresarse tiene que ver con el derecho a emitir una opinión, un gesto o cualquier otro contenido (una pintura o un graffiti o lo que sea) de modo público, con expresar una visión personal públicamente. ¿Tiene límites el ejercicio de esa libertad? Claro que sí. Algunos los establece la ley (no se puede bofetear a alguien sin correr el riesgo de una sanción) y otros la moral (no se debe insultar a alguien porque está mal). Como sabemos la noción de derechos remite inexorablemente a la de deberes.

¿Cuáles son los deberes que permiten el ejercicio del derecho de expresión? Estos también tienen que ver con la ley: el estado debe garantizar por ejemplo que ninguna discriminación por identidad sexual, raza, lengua, etc. merme la libertad de expresarse. Y con la moral: es de buena crianza dejar hablar al otro, respetarlo en lo que quiere decir.La libertad de información es la posibilidad de difundir contenidos que, aunque no comprobables, tienen una característica especial que marca la diferencia respecto del “simple” expresarse. Esta característica se llama responsabilidad. Poner a circular contenidos bajo la lógica de la información – que es lo que hacen los medios – significa que el que emite esos contenidos se hace responsable del proceso con el que ha tenido que cumplir – seleccionar fuentes, consultar más información, observar, entrevistar – que hace que sea esa información y no otra la que finalmente formaliza y emite. Cierto es que cuando nos expresamos también asumimos una responsabilidad. Sin embargo, su naturaleza es muy distinta a la responsabilidad de la información porque tiene que ver con nuestro compromiso de que lo que decimos guarde una directa relación con nuestros convencimientos. Si mentimos sabremos atenernos a las consecuencias de ese gesto, que además no siempre serán negativas. La responsabilidad de la información, que es social e involucra a la colectividad, debe garantizar que no se pueda decir cualquier cosa o decir algo que vaya en contra del bien común por defender intereses particulares. Así, la libertad de información o de prensa se parece más (cada vez más) a un deber antes que a un derecho, aquel que obliga éticamente a los periodistas a asumir la responsabilidad, en primera persona y en nombre del medio, que implica la puesta en circulación de contenidos públicos relevantes, y que son tales porque afectan la vida de todos.

jueves, 26 de marzo de 2009

UNA NOCHE CON LAS NOTICIAS

Mauro Cerbino mcerbino@telegrafo.com.ec

Casi todas las noches prendo la televisión para ver las noticias. En los titulares de Televistazo la otra noche se anunciaba que el príncipe de Inglaterra estaba en Galápagos, que en Turquía había un foro mundial sobre el agua y, al final, que en El Salvador, Funes había ganado las elecciones. En el desarrollo del noticiario, la visita del príncipe y su consorte a las islas encantadas fue la noticia de apertura y tuvo cuatro minutos de duración, un tiempo extraordinario en la tele, que sólo se destina para información relevante. El comentario de la reportera y del presentador fue: hasta en ese calor el príncipe no pierde su glamour, sigue vistiendo corbata. Luego el testimonio de una habitante de las islas: ¡es realmente increíble encontrarse de frente con un príncipe de verdad! Las imágenes (de lejos porque el monarca había prohibido cualquier acercamiento): la pareja real paseando con poses dignas de su alteza, el príncipe que acaricia una pequeña galápagos como si se tratara de un gatito, unas iguanas y el mar azul bellísimo. ¡Qué gran noticia! En la mitad del noticiario, va el reportaje sobre el agua. Tema de gran interés público que congrega a representantes de todo el mundo. Duración de la noticia: menos de tres minutos.

A la cola del noticiario, la victoria del FMLN sobre ARENA, el partido que luego de veinte años de supremacía, en los sus exponentes han cometido crímenes atroces en contra de sus opositores -recordemos el asesinato de monseñor Romero y Martín Baró- un movimiento ex guerrillero llega a la presidencia. Duración de la noticia: dos minutos. Dado que desde hace tiempo no hago lo que hacía que era zapear entre noticieros (no lo hago por la prohibición de mi compañera Ana que repetidamente me decía de no dejarme intoxicar de tantas noticias), no pude ver esa noche los otros noticieros y así se me hizo posible comparar la programación noticiosa del día. Sin embargo al día siguiente leo la primera plana de El Comercio. Noticia de apertura: ¡el príncipe en Galápagos! Algunos, por ejemplo esos sabiondos del periodismo que últimamente han salido a flote como paladines de la libertad de expresión, dirán que la relevancia de la noticia del príncipe reposa en que él, el príncipe, no cualquiera, “apadrina” a estas maravillosas islas que los organismos internacionales han dicho que están en peligro y que él, el príncipe, va a decirles que no es así, que en Galápagos todo está bien, porque él lo dice y las tortugas, las iguanas, toda la fauna y la flora lo confirman. Para mí es una noticia de farándula, de las que le gustan a “gente”. Desconsolado voy a ver cómo abrió El Telégrafo. Un periódico que esos mismos sabiondos, cuando hace un año empezó a salir, dijeron que tenía la ingenuidad y la boba osadía de publicar en primera plana noticias poco relevantes a diferencia de los otros diarios que, como sabemos, publican todos lo mismo. No obstante la tremenda foto a cuatro columnas del… ¡príncipe en Galápagos! el titular principal por suerte o por elección hablaba de otro tema. Así que algo de esperanza nos queda.

domingo, 15 de marzo de 2009

JÓVENES Y ELECCIONES

Mauro Cerbino mcerbino@telegrafo.com.ec

Juan es un joven de 16 años, los cumplió en enero y está inscrito en el padrón electoral. Estudia en un colegio de la capital, tiene amigos con quienes conversa, juega a la pelota y escucha música. Juan sigue en el “tránsito” de la niñez a la juventud, aunque las cosas que hace las viene haciendo desde que tenía 10 años, desde cuando en la libreta del colegio se dice que Juan tiene un desarrollo regular, que madura.
¿Madurez? Siempre me ha parecido una palabra insultante, desde que era inmaduro hasta ahora que maduro no soy, porque no me siento de haber llegado a una estadio final como supongamos una pera suculenta. Juan podrá ir a votar en estas elecciones si lo quiere, la nueva constitución se lo permite. Sin embargo, hay muchas (tal vez demasiadas) personas que dicen que Juan y los como él no tienen “pensamiento político formado”, por ende son manipulables. Tener pensamiento político formado significa, para estos seres bien formados, poseer argumentos a favor o en contra de un candidato, significa hablar de política seriamente sin pasiones y sin juicios inmaduros. ¿De dónde se forman, estos seres formados, un pensamiento político? Si queremos descartar la iluminación divina o la generación espontánea que hace brotar un pensamiento por su madurez etaria, queda la experiencia. ¡Ah!, casi me olvido de lo más importante: que el pensamiento político formado se forma porque ¡vemos la televisión! que como se sabe in-forma la política. Ahí, los políticos explican con muchos detalles lo que van a hacer y su lenguaje es tan poco simplista que solo un televidente maduro y bien formado puede entenderlos. Juan que no tiene ni pensamiento político ni cualquier otro criterio formado –por esto no puede ver programas no aptos para él– seguramente no entenderá lo suficiente y por ello no se formará políticamente. Por ende no debería ir a votar.

José Antonio es un joven de 17 años que también está inscrito en el padrón electoral. Como Juan podrá decidir ir a votar. José Antonio no estudia, tiene que trabajar para contribuir a mantener su familia. Como Juan y cualquier otro joven, cuando el tiempo libre se lo permite, se divierte jugando y escuchando música con sus panas. Él y Juan tienen sus respectivas experiencias de vida. Desde y con ellas elaboran ideas, tienen gustos y construyen estilos, se forman éticamente. Saben muy bien por ejemplo cuáles son las diferencias entre el reguetón y el hip hop. Vibran, porque las comprenden con el cuerpo que es todo y no un simple aparato sensitivo, con las letras de las canciones, de aquellas que tienen un contenido político que la política seria y bien argumentada, que la televisión muestra, ni siquiera se imagina porque le ha dado la espalda a la experiencia y se ha hecho espectáculo.

Puede que ni Juan ni José Antonio vayan a votar. Que digan que no les interesa. Que expresen un juicio que ojalá se sepa respetar sin disminuirlo. Pero puede también que sí decidan ir a votar. Estoy seguro que tienen más recursos que cualquier adulto en saber leer los “cartoons” de la política, reírse de ellos desmontando su falsa y engañosa seriedad.

domingo, 8 de marzo de 2009

AVATARES DE BLAK MAMA

Tomada de la edición impresa de El Telégrafo del 8 de marzo de 2009

MAURO CERBINO
mcerbino@flacso.org.ec


No se parece a ninguna de las películas a las que la cinematografía ecuatoriana nos ha acostumbrado. Es probable que por esto haya sido objeto de un ostracismo que le ha impedido entrar aún en los círculos convencionales del cine ecuatoriano. Este, en el corto tiempo de su desarrollo, ha sobre todo representando los contenidos “autorizados” de una cierta idea del país. Lo ha hecho haciendo referencia a la “legitimidad” que la literatura o la sociología ofrecen para el efecto. El resultado ha sido una producción cinematográfica costumbrista basada en un folclorismo antropológico que estriba en el sostenimiento de estereotipos. Ninguna película se había atrevido a una operación de deconstrucción tan radical, de deconstruir contenidos que pertenecen a una visión histórica ecuatoriana que, demasiado apuradamente y sin crítica, los ha asumido como los únicos e incuestionables ingredientes que sostendrían el “alma nacional”. El trabajo de Miguel Alvear subvierte desde adentro los emblemas de esa alma, los muestra contaminados e híbridos, quitando piso al anquilosado sentido del folclor nacional. La propuesta de Blak mama es una pregunta ontológica que obliga a reabrir la cuestión del sentido construido en torno a la memoria histórica del país. Es una propuesta que desconfía o se burla del discurso que pretende fijar el signo de lo popular como algo dado y que simplemente se reproduce por medio de rituales litúrgicos, de aquellos que atraen a turistas. Blak mama se rehúsa a un fácil coqueteo al espectador e invita a sacudir la aletargada conciencia de quienes se acostumbraron a disfrutar divertidos de los referentes simbólicos de la “patria”. De aquellos que prefieren no hacer ningún esfuerzo para armar nuevos rompecabezas, con unas piezas - cuyas formas distorsionadas, exageradas y grotescas que son las que propone Blak mama – vuelven irreconocible el producto final. El filme se sostiene en una estrategia narrativa no lineal, sin historia secuencial. Sólo nos guían algunos signos que se desplazan sin cesar. Se trata del despliegue de elementos yuxtapuestos que invita a recorrer los atrevidos, irregulares a veces oníricos y fantasiosos trayectos del sentido. El guión se ha ido elaborando sobre la marcha de una larga realización, alimentada en cada momento por imprevistos “descubrimientos” de nuevos escenarios en los que ubicar nuevos signos o desarmar viejos “vicios”. Blak mama ofrece varias claves de lectura y, aunque ninguna sobresale, una se me dio con claridad. De todos los libros que terminan despezados por los recicladores de papel, hay uno sin título que queda íntegro; contiene algunos poemas de Jorge Enrique Adoum. Ahí Blak lee: “preguntan de donde soy y no sé que responder, de tanto no tener nada no tengo de donde ser. Ni tierra ni casa, siembra ni oficio - viene el recuerdo y pasa pero se queda conmigo - pasa y se queda el río”. Esta cita permite entender algo de un trabajo que cuestiona la consecuencialidad de cualquier narración y que en su lugar invoca saltos y sobreposición de planos, los que, generados gracias a un estupendo montaje, desorientan a ratos y, que sin embargo, alimentan los avatares de una ontología ecuatoriana impensada.

lunes, 2 de marzo de 2009

COLONIALIDAD

Mauro Cerbino mcerbino@telegrafo.com.ec

El auditorio de FLACSO está repleto de personas. Esperan al ilustre visitante, que llega en perfecto horario escoltado por varios autos de la policía. Viene a hablar de Iberoamérica y la proyección internacional de España, una reflexión propia de un jefe de la diplomacia española. Aunque intuimos que su presencia en Quito se debe a la espinosa cuestión de la petrolera Repsol que le debe dinero al Estado ecuatoriano, decidimos de todos modos ir a escuchar la charla. El canciller Moratinos habló de las buenas relaciones que existen entre su país y Latinoamérica, de que el sostenido crecimiento económico y la madurez política alcanzada en los últimos años es una buena carta de presentación para que la región se inserte cada vez más y con legítimo protagonismo en el concierto internacional. Sin embargo, señaló, que para que esto se cumpla plenamente aún falta algo, que los países latinoamericanos crean más en sí mismos, que tengan una nueva actitud, la de sentirse orgullosos de ser latinoamericanos, que rompan con la timidez que los ha caracterizado, para sentirse parte de un mundo global.
Es una afirmación que adquiere sentido si se la coloca en la perspectiva de lo que se pretende sea “Iberoamérica”. No escondo el malestar que me produce esta denominación. ¿Qué quiere representar? ¿Un espacio geopolítico o una nostalgia hispanista? ¿Un pacto de cooperación e integración o la reafirmación de una colonialidad? Es sabido que España debe su extraordinario desarrollo económico de las últimas dos décadas al hecho de haberse insertado en la Unión Europea que lo ha financiado. Desde entonces ha quedado claro que España privilegia más Europa que Latinoamérica, y que su aspiración y su imaginación se han dirigido hacia concretar la condición de ser un país europeo a pleno título más que buscar ser un socio estratégico de Latinoamérica. En otro paso de su intervención el canciller Moratinos ha expresado claramente que hay que concebir para América Latina un estatuto parecido al que se produjo para la Comunidad Europea luego de la segunda guerra mundial. “Ha llegado el momento [ha dicho textualmente] de que Europa y EE.UU. otorguen una definitiva cohesión social a Latinoamérica”. Dejo al lector los comentarios correspondientes.
Por último, contestando una pregunta con la que un asistente le hacía notar que su retórica de elaborar una alianza para la cohesión social de Latinoamérica entra en abierta contradicción con las últimas medidas que en materia de inmigración Europa ha tomado, como es la “directiva del retorno” que criminaliza las personas migrantes, afirmó que esas medidas no solo no criminalizan sino que sirven para garantizar y proteger los derechos de los ciudadanos extranjeros que viven y trabajan en Europa, quienes ciertamente están mejor ahora que antes de que esas medidas se adopten. ¿De qué modo puede ejercerse esa protección cuando las medidas establecen las modalidades por medio de las cuales se expulsan a las personas migrantes? Es otro dilema de una nueva colonialidad que engendra España, oportunamente escenificada por este visitante que el Municipio ha declarado “hijo ilustre de Quito”.

martes, 24 de febrero de 2009

Tomada de la edición impresa del 22 de febrero del 2009


DRAMA ITALIANO EN TRES ACTOS

Mauro Cerbino mcerbino@telegrafo.com.ec

Primer acto. El Gobierno de Berlusconi hace aprobar por el parlamento un paquete de medidas sobre seguridad repitiendo un viejo libreto, el de afrontar un problema que pone a la ciudadanía con los pelos de punta gracias también al “buen” trabajo de los medios que de alarmismos viven, aplicando medidas represivas. El Gobierno ya ha pretendido sitiar las ciudades con el patrullaje de tres mil militares, ¿para qué? en busca de los “malvadísimos” inmigrantes “clandestinos”. La tesis: son ellos los principales cuando no únicos responsables de la inseguridad. Para demostrarla, en los últimos tiempos se han multiplicado casi de modo inverosímil las noticias sobre estupros, casi una diaria, y los presuntos responsables siempre ellos, los inmigrantes. El efecto en la opinión pública es devastador, porque se trata de un crimen execrable. Desenlace: hay que perseguir a estos “criminales” con todo los dispositivos imaginables, no importa que sean inmorales y no importa porque se sostiene que el combate a estas formas bárbaras de criminalidad bien valen esos dispositivos.
Así, la perversa imaginación de este Gobierno tuvo su parto: se le pide a los médicos, los que atienden en los hospitales públicos y que siguen trabajando a pesar de la constante arremetida de que la salud es un bien que se paga y no un derecho, de que denuncien los inmigrantes “clandestinos” que van al hospital. Al parecer, la mayoría de médicos han desempolvado el antiguo juramento de Hipócrates y rechazado la medida, argumentando que ellos curan personas tengan o no cédula de identidad.

Segundo acto. Una joven que durante diecisiete años ha estado postrada en una casa de cura con muerte cerebral; un padre que como representante de la familia lucha todos estos años para evitar que la vida de su hija esté en manos del médico que le introduce la sonda que la alimenta forzosamente. Sabe que su hija no quisiera estar en esta situación, porque ella misma se lo ha dicho. El Estado, quien no disponiendo de una ley que regule esta clase de situaciones delega a los tribunales y a la ciencia médica las decisiones a tomarse frente al pedido reiterado del padre de que se ponga fin a este drama. Interviene el gobierno para armar una nueva cruzada moral para descalificar al padre y apelar –con el apoyo incondicional del Vaticano– a lo sagrado de la vida aunque sea en contra de la propia voluntad de quien la vida quiere llevarla de modo digno. El del Gobierno es solo un pretexto, porque aprovecha de la situación para atentar en contra de la constitución pasando por alto la autoridad del presidente de la República. El juego sin embargo no le resulta, la joven finalmente muere y la opinión pública está mayoritariamente con el padre y con el presidente.

Tercer acto. Una joven ecuatoriana vive la tragedia de que su ex conviviente italiano pretende quitarle los hijos que han tenido juntos aduciendo que es incapaz de ser madre. El tiene poder económico y argumentos xenófobos que están de moda en un país cuyo gobierno quiere revivir las “leyes raciales”. Más allá de lo que decida el tribunal que tiene que juzgar este caso, la persecución a los inmigrantes continúa.

viernes, 20 de febrero de 2009



Tomada de la edición impresa del 15 de febrero del 2009

DE LA NIÑEZ Y ADOLESCENCIA (2)


Uno de los aspectos fundamentales del enfoque de derechos aplicado a la niñez y adolescencia se refiere a la responsabilidad. El código establece que el principio de inimputabilidad penal para niños y niñas es también aplicable a los adolescentes, los cuales sin embargo a partir de los 12 años son responsables ante la ley. Ser responsables significa en pocas palabras que el adolescente como pleno sujeto de derecho es a la vez considerado alguien con capacidad suficiente para reflexionar sobre sus actos y por lo tanto responder por ellos. ¿De qué modo se plasma la reflexión? Por medio de actos de habla, con los cuales el sujeto adolescente expresa las ideas que ha podido elaborar en torno a un determinado acontecimiento en el que participó. Es necesario tener en cuenta que todo acto de habla del adolescente se compone por un modo propio y particular de generarlo y por una dimensión colectiva que lo atraviesa y lo enmarca. Es decir no es sólo la persona la que habla sino también y por su intermedio el entorno social en el que esa persona se desenvuelve. Es por esto que el problema de la responsabilidad no puede ser considerado exclusivamente un asunto individual, que es a mi parecer el modo como lo concibe el Código, siendo la corresponsabilidad -social e individual a la vez- la dimensión que habría que contemplar.
“El problema de la responsabilidad no puede ser considerado solo un asunto individual”
Ahora bien, uno de los derechos que el Código estipula es el de “ser oído e interrogar”. Este representa sin duda alguna el derecho que mejor expresa la concepción de “sujeto” del niño, niña y adolescente, porque les reconoce la facultad de expresión de la cual depende el ejercicio de la responsabilidad. El respeto de este derecho implica además que en el juzgamiento de infracciones el juez tenga a bien considerar la aplicación de medidas socioeducativas en lugar de otras de tipo represivo. ¿Se cumple con este derecho en la administración de justicia penal juvenil? Según los resultados del diagnóstico realizado por la Universidad Católica de Guayaquil el altísimo porcentajes de medidas de privación de libertad que los juzgados resuelven, en comparación con medidas socioeducativas, nos hace contestar que no. Algunas razones de esta anomalía del sistema se deben encontrar en que las Oficinas Técnicas, compuestas por profesionales supuestamente cualificados en temas de niñez y adolescencia y que tienen el papel de auxiliar la labor de los juzgados, están funcionando de modo precario. Para hacer que el derecho a ser oído sea respetado plenamente, ese personal debiera ser capacitado en saber crear las mejores condiciones para que el adolescente pueda expresarse, y al mismo tiempo adquirir las habilidades necesarias para saber escuchar. Una escucha atenta, meditada y reflexiva permitiría rastrear aquellos elementos de corresponsabilidad de instancias colectivas - léase entornos familiar y barrial, el de las autoridades y otros - que están presentes en los actos de habla del adolescente. La posibilidad de llegar a la aplicación de medidas socioeducativas indudablemente dependerá de esa escucha.

sábado, 7 de febrero de 2009

DE LA NIÑEZ Y ADOLESCENCIA (1)


Tomada de la edición impresa del 08 de febrero del 2009


Mauro Cerbino mcerbino@telegrafo.com.ec


El Ecuador fue el primer país latinoamericano en suscribir la Convención ONU de los derechos del Niño aprobada en 1989. No le tocó igual rapidez a la aprobación de un nuevo Código de la Niñez y la Adolescencia que se realizo en 2003 y que venía a reformar radicalmente el antiguo Código del menor dictado en 1938. En lo fundamental la Convención y el Código que a aquella se inspira, establecen una novedosa concepción del niño y del adolescente al establecer que estos son sujetos de derecho y no simples “objetos” de tutela. El gran diálogo nacional, que se fue dando a lo largo de los 14 años transcurridos entre la Convención y el Código, son una muestra del grado de discusión y participación que el país requirió para esta problemática. Este dilatado periodo muestra sin embargo, que ni el Ecuador político ni el de la sociedad civil estaban preparados para cumplir con esta importante transformación. Se lo puede afirmar en la actualidad cuando observamos el nivel y calidad de aplicación del Código. Es lo que se desprende de los resultados de una investigación que un equipo de la Universidad Católica de Guayaquil ha realizado por cuenta de los Ministerios de Justicia y del Litoral. La investigación sirvió para elaborar un diagnóstico y análisis de los modelos de atención en el sector justicia, en el ámbito de la protección integral de niños, niñas y adolescentes en alto nivel de exclusión en algunas provincias del litoral.
La evaluación de los modos de funcionamiento del sistema de justicia juvenil nos permite implícitamente preguntarnos por los avances desde el punto de vista social que en esta materia el país ha experimentado a lo largo de estos años. Se constata así que la centralidad de la noción de “sujetos de derechos” ha quedado realmente en un limbo, si se considera, que en los juzgados una enorme cantidad de juicios en espera de resolución tienen que ver con paternidad, alimentos y visitas.Visitar estos juzgados es una experiencia inolvidable, porque es la muestra patente y cruda de toda clase de miserias humanas, de la cuales –sea dicho de paso– se aprovechan una infinidad de abogaduchos que como buitres pululan entre sus presas: mujeres y niños vulnerados que deambulan por sórdidos pasillos en busca de un poco de justicia. El diagnóstico revela que más del 60% de los juzgados ocupan los mismos lugares en los que antes de la aplicación del Código funcionaban los Tribunales de menores, y el restante son juzgados de tránsito, inquilinato o aduanas transformados en juzgados de la niñez. La situación de lugares inapropiados para la administración de justicia juvenil, se agrava por el hecho de que la mayoría de los jueces que ahí actúan no demuestran tener competencias específicas en materia de niñez o adolescencia, lo que contraviene el principio básico de la acción afirmativa y diferencial en cuanto al trato hacia estos sujetos. Muchos de estos jueces que antes se desempeñaban en juzgados de tránsito perciben como un “castigo” y una pérdida jerárquica el atender en los juzgados de la Niñez.
¿Será que en lugar de justicia este sistema de administración juvenil imparte injusticia?

viernes, 6 de febrero de 2009

Tomada de edición online, El Telégrafo del 01 de febrero del 2009

“Escuela” de las Américas






Mauro Cerbino mcerbino@telegrafo.com.ec

Las comillas son de rigor, porque se refieren a una institución que si educa lo hace para que sus alumnos se perfeccionen en destrezas para matar. El lunes 26 de enero, el padre Luis Barrios fue condenado a dos meses de prisión por una corte federal de los Estados Unidos con la acusación de haber violado las leyes que le impedían entrar en la base militar de la Escuela de Las Américas. Efectivamente, meses atrás el padre Barrios (activista boricua residente en Nueva York), junto con otros activistas del observatorio de derechos humanos SOAW (School of Americas Watch), logró penetrar algunos metros dentro de las instalaciones, burlando por el lapso de unos pocos instantes, las seguridades del lugar. Fue un acto de rebeldía y de desobediencia civil no violenta para manifestar en contra de una institución que es tristemente famosa en la región latinoamericana. Una institución en la que se han formado miles de militares responsables de torturas, desapariciones, golpes de Estado y otras atrocidades, a lo largo y ancho de todos los países de la región. En el caso de Chile, en donde se han realizado investigaciones a fondo, se han encontrado pruebas contundentes de la participación de los alumnos de la Escuela en el golpe de Estado a Salvador Allende. En cuanto al Ecuador, si bien no se han producido violaciones masivas de derechos humanos comparables con las que se han dado en el Cono Sur, está pendiente la tarea de esclarecer el papel que han jugado los miles de militares ecuatorianos que han sido enviados por los sucesivos gobiernos para ocupar los pupitres de esta macabra Escuela. ¿Hay una relación entre algunos actos flagrantes de violación a los derechos humanos ocurridos en Ecuador y la actuación de miembros de las Fuerzas Armadas que ahí se han formado?

“Luis Barrios fue condenado a dos meses de prisión por una corte federal de EE.UU.”
Luis Barrios se ha declarado ante el juez que lo condena un “prisionero de conciencia”, una expresión que él mismo define como cualquier persona encarcelada por su raza, religión, color de piel, idioma, orientación sexual o credo, mientras no haya defendido o practicado la violencia. El suyo es un gesto cargado de simbolismo que nos convoca a pensar no en el heroísmo del activista, sino en la necesidad de plantear una estrategia que sirva para mostrar cómo el poder político-militar de los Estados Unidos y su directa ingerencia en los asuntos nacionales de los países latinoamericanos, no conviene a los intereses de los pueblos de esos países. Por lo tanto es un gesto que llama a desafiar ese poder y que lo vulnera de algún modo. Sabemos que el gobierno del presidente Correa estudia la posibilidad de no seguir enviando militares ecuatorianos a la escuela. Este también sería un gesto de mucha trascendencia política, en sintonía con la decisión de dar por terminado el convenio de la base de Manta. Asimismo, la esperanza que en estos momentos el mundo entero y el pueblo norteamericano albergan de que el presidente Obama cambie sustantivamente la conducción de los Estados Unidos e implemente un nuevo esquema de relaciones internacionales menos invasivo y más solidario del que adoptó su antecesor, debe dirigirse también a que la fatídica Escuela sea definitivamente clausurada.

Link al artículo original